Desafiando los Límites: La Inspiradora Historia de Superación de SEAL
En el apogeo de una carrera de 100 millas en San Diego, me encontré con SEAL. Mientras yo participaba en esta carrera como parte de un equipo de relevos de seis personas con amigos, él corría la carrera completa por sí solo. Esta carrera no contaba con apoyo externo, lo que significa que teníamos que llevar nuestros propios suministros. Nosotros, emocionados y preparados para cualquier eventualidad, llevábamos una tienda de campaña, masajistas y comida como si nos dispusiéramos a quedarnos una semana entera. En contraste, SEAL llevaba solo una silla plegable, una botella de agua y una bolsa de galletas. Me pregunté quién sería este hombre, nunca había visto algo similar.
Durante la carrera, lo observé de cerca y alrededor del kilómetro 70, su peso rondaba los 260 libras, lo cual es considerable para un corredor de ultra resistencia. Había fracturado todos los huesos pequeños de ambos pies y había sufrido daño renal, ¡y aún así terminó la carrera! Una vez concluida la carrera, decidí investigar más sobre él. Descubrí una vida fascinante y, sin dudarlo, decidí llamarlo. Volé para encontrarme con él y, después de pasar unos minutos juntos, me di cuenta de que podía aprender mucho de él. Me impresionó profundamente lo que lo motivaba y comprendí que un poco de su filosofía podría mejorar muchos aspectos de mi vida.
Le pedí que viviera con mi familia y conmigo durante un mes. En ese momento, tenía un hijo de 18 meses, estaba casado (y aún lo estoy), y desde entonces he tenido dos hijos más. Además, había vendido algunas empresas y estaba en un excelente momento profesional, pero sentía que estaba estancado en una rutina diaria. Quería salir del piloto automático y sabía que él sería la persona perfecta para cambiar mi rutina y mejorar.
El primer día que SEAL llegó a vivir conmigo, me retó a hacer flexiones. No soy muy bueno en ellas y apenas pude hacer ocho. Me pidió que descansara 30 segundos y lo intentara nuevamente. Luché y apenas pude hacer seis. Repitió el proceso y, esta vez, solo pude hacer tres o cuatro antes de rendirme. Pensé que nunca podría hacer 100, pero él estaba decidido a demostrarme lo contrario. Terminé haciéndolas una por una, y en ese momento comprendí que todos somos capaces de mucho más de lo que creemos. Fue una lección poderosa que marcó el comienzo de nuestra convivencia.
SEAL solía decir que cuando nuestra mente nos dice que estamos exhaustos, en realidad solo hemos alcanzado el 40% de nuestro potencial. Su lema era “si no es difícil, no lo hacemos”. Esta filosofía nos obligaba a salir de nuestra zona de confort todos los días, a desafiarnos a nosotros mismos y a descubrir hasta dónde podíamos llegar. Esta regla del 40% puede variar un poco, pero podemos ver su aplicación en eventos como el maratón, donde la mayoría de las personas alcanzan su límite alrededor del kilómetro 16 o 20. Sin embargo, el 99% de los corredores de maratón en este país logran terminar la carrera, superando ese “muro”. ¿De dónde sacan esa energía extra? Viene de la fuerza de voluntad que les dice que sigan adelante, que lleguen a la meta. Todos tenemos esa voluntad, solo es cuestión de aplicarla no solo en eventos anuales como el maratón, sino en nuestras vidas diarias, en una variedad de situaciones.
La historia de SEAL es una inspiración para todos nosotros. Nos recuerda que nuestros límites son más elásticos de lo que pensamos y que el verdadero crecimiento ocurre cuando desafiamos nuestras propias creencias sobre lo que somos capaces de lograr.